ya acabó su novela

¿ADONDE VAS CASTILLO?

Publicado: 2021-06-28

Ayer en el mitin de Pedro Castillo, recitó de memoria el mismo estribillo que la lideresa de Nuevo Perú y excandidata a la presidencia Verónika Mendoza, repitiera hasta el cansancio “no soy chavista”, “no soy comunista”; ante todos los medios de comunicación, -puerta que le abrieran los grupos de poder-, para desligarse de las propuestas primigenias de Juntos por el Perú, agrupación que le permitió alcanzar el 6.47%.

Castillo repitió: “No soy chavista”, “no soy comunista”, solo le falto negar ser el candidato de PERÚ LIBRE. Finalmente termino repitiendo el libreto que su “asesor” Pedro Francke, había señalado unos días antes en una entrevista para Idele Radio, medio en el cual señalo: “No es indispensable cambiar la Constitución para cambiar la política económica”.

Francke se preguntaba: ¿Es indispensable cambiar el capítulo económico para cambiar la política económica? No”, -se contestaba así mismo- repitiendo que no era necesario y que había muchas cosas que se podían hacer con la Constitución fujimontesinista.

Y en relación a la economía y sobre el posible cambio de Julio Velarde como presidente del Banco Central de Reserva (BCR) en un eventual gobierno de Castillo, declaraba “que no se descarta que el partido le pida que se mantenga en el cargo.”

ROMPIENDO LAS PUNTAS DE LAS FLECHAS

En el mitin de la Plaza San Martín, Pedro Castillo corroboraba las declaraciones de Francke: “esto esta sellado somos democráticos respetamos la gobernabilidad la institucionalidad peruana, por eso estamos acá, seremos respetuosos de esta constitución y en ese contexto pido al Dr. Julio Velarde para que su trabajo sea permanente, coherente frente al Banco Central de Reserva y por eso es necesario dar tranquilidad no solo económica sino abrir las puertas para las grandes inversiones que tienen que darse en el PERÚ”

Una cosa es darle calma al país en estos momentos cruciales de crisis sanitaria, económica y política, y otra cosa es ofrecerle un banquete servido por millones de esperanzas al mandamás del BCR que representa la política neoliberal del sistema.

Lo que no sabe Castillo es que la derecha neoliberal no tiene patria, sino intereses económicos y desde este el bunker ofrecido “cojudamente” al poder económico, se sabotearan los presupuestos y proyectos de inversión contrarios al programa neoliberal.

Castillo ha olvidado que fue PERÚ LIBRE, con un programa electoral contrario a los intereses de la DBA y de los caviares que hoy lo acompañan; el que le permitió alcanzar el primer lugar de las preferencias electorales con un 15.72%.

El pueblo aposto por un Cambio de Constitución y un viraje radical contra sistema neoliberal que nos ha conducido a la peor crisis económica de toda nuestra historia republicana.

LA ESPERANZA AL FILO DE LA NAVAJA

La ira ciudadana se ha manifestado a través de los jóvenes de la mass media, hijos de los procesos económicos y políticos de los últimos 20 años, quienes salieron a las calles en protesta contra el abuso de poder que la constitución del 93, le otorga ala derecha económica; así mismo las fuerzas laborales de todo el país nos han brindado su respaldo para terminar con los abusos y atropellos que comete la clase empresarial contra sus derechos vulnerados; por otra parte las organizaciones sociales y regionales se han movilizado hacia la capital en defensa del voto popular y el respaldo a Castillo, para que se cumpla con el programa político establecido por PERÚ LIBRE y se termine con la explotación indiscriminada de nuestros recursos naturales que contaminan el medio ambiente con desechos tóxicos ríos y lagos.

LA CAVARIADA AMNÉSICA

Para la caviarada, estas demandas son inviable en términos prácticos de “estrategia y táctica” política, deformando el Programa de gobierno elaborado por PERÚ LIBRE, buscando de un modo oportunista y confuso traerse abajo la plataforma de un Cambio Constitucional, que acabe con las profundas debilidades de este modelo económico.

Muchos de los que hoy confunden a Castillo, parecen olvidar que la Constitución del 93 surgió como un instrumento jurídico y político destinado a legitimar el golpe de Estado del 5 de abril de 1992 y consolidar al gobierno no democrático y autoritario de Alberto Fujimori.

Si bien es cierto en la actualidad, la versión original del texto constitucional presenta cambios sustanciales, se hace necesario una reforma total del Estado que garantice a la ciudadanía, la plena vigencia de sus derechos y una efectiva separación de poderes. Y es que una democracia constitucional no sólo requiere una economía estable, sino la legitimidad de un cambio que garantice y fortalezca nuestra institucionalidad democrática.


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